16/9/09

ALMA PERDIDA:



Que difícil es esta vida cuando no se sabe qué rumbo tomar. Mi alma, errática y perdida en este mundo, presa de la infinitud del universo, siente la necesidad de un cambio. Un cambio que, paradójicamente, desconoce cuál es ni cuándo llegará.

Tan sólo sé que mi vida es prisionera de la cotidianidad. Una cotidianidad forjada con cadenas materialistas impuestas por la sociedad que nosotros mismos hemos creado y que, ciegamente, seguimos alimentando día a día con un ansia sin fondo. Gracias a esas cadenas indestructibles, que todo lo corrompen y disuelven como el más poderoso de los ácidos, mi alma se encuentra perdida y sin rumbo. Ilusiones, deseos, amor, esperanzas, cariño, la calidez de un abrazo, la vitalidad de una sonrisa, una beso, la complicidad de una mirada o la unión incondicional de dos almas sumidas en los sentimientos eternos del amor, todo eso se perdió para siempre en el pozo de los recuerdos forjados con el fuego de la mente. Quizás es que nunca cuajaron en mi interior, y que todo fue un engaño de los sentidos, limitados y finitos, de nuestro mundo materialista. Espero que un día mi alma se vea libre de todo perjuicio y engaño y encuentre el verdadero camino hacia su destino.

Qué difícil es esta vida para intentar expresar, con un lenguaje pensado y creado para lo material, las heridas abiertas en lo más profundo de mi ser: Mi espíritu.

Mi alma, espíritu, chispa divina, fue herida de gravedad por un alma, dubitativa, que en ese momento se dejó arrastrar por la influencia de lo palpable: la Materialidad que engaña con su falsa seguridad. Ese alma perdida no supo dejarse llevar por un sueño: la verdadera SEMILLA de la FELICIDAD.

(Escrito un día cualquiera de mi cotidiana existencia.)

No hay comentarios: