16/9/09

QUIZÁS ALGÚN DÍA:


Siento como el mundo se encoge en mi pecho.
Es un puño que oprime mi corazón hasta exprimir la última gota de mi alma.
Son sentimientos que luchan por salir, por decir basta y recibir una caricia, la calidez de una sonrisa o el calor de un abrazo.

Cuán difícil es expresar lo que uno quiere decir;
me duele el alma y el mundo ayudarme no puede.

Escapar quiero, pero las cadenas son gruesas.
El mundo, la gente, mirarlos no puedo.
Bajo la mirada, pero nada cambia, todo sigue igual.
Cuándo mi alma se verá libre de esta prisión.

Mi alma se humedece con las lágrimas de la incomprensión;
los sentimientos se amontonan formando un nudo en mi garganta.
Pujan por salir al mundo exterior, pero es una lucha vana.
Me duele el alma, sí…me duele y no encuentro la solución.

Qué rumbo escoger, qué decisión tomar, qué hacer.
Se me niega la respuesta como al ciego la visión.
Mi alma está sentenciada a cumplir condena
con los barrotes forjados en un cuerpo material,
y del cual me es imposible escapar.

Cuán difícil es expresar lo que uno quiere decir.
Me duele el alma y el mundo ayudarme no puede

1 comentario:

Anónimo dijo...

El alma vaga como sin rumbo, pero en realidad sabe a dónde se tiene que dirigir porque se lo dice el corazón.